Kaskos
El pelado tiene un posicionamiento inestable: algunas veces está de un lado, por momentos del otro y en general en el medio o en ninguno. Así, ha dudado sobre cómo considerar aquel operativo para despejar las rutas cortadas por productores y transportistas. Cuando lo vio por televisión su primera reacción fue alarmarse por tanto casco, escudo, bastón y uniforme verde. Después le pareció algo grotesco el intercambio de advertencias entre los gendarmes y las huestes de De Ángeli. Minutos más tarde llegó la “liberación” de la ruta 14 y la detención de 19 ruralistas y nuestro periodista se agarró la cabeza. Y luego se enteró de que algunos colegas suyos habían recibido palazos, empujones y trompadas de parte de las tortugas y entonces, confiesa, se indignó.
La duda era si era correcto llamar a eso “represión”. Le pareció sensato lo que dijeron muchos oficialistas y unos cuantos colegas: “Represión hubo en 2001” o “no se disparó un solo tiro”. Algo similar dijo el esposo de la Presidenta de la Nación: “A De Ángeli lo sacaron a upa”, haciéndose el gracioso para alegría de sus fervientes reidores.
Lo primero que se le ocurrió al pelado, que no es muy imaginativo, es fijarse en el diccionario. En el de la Real Academia, la tercera acepción del vocablo represión dice: “Acto, o conjunto de actos, ordinariamente desde el poder, para contener, detener o castigar con violencia actuaciones políticas o sociales”. Entonces pensó que efectivamente fue eso lo que sucedió, más allá de que más violento fue el cierre de más de 300 rutas durante tres meses tomando de rehenes a millones de asalariados, pobres y desocupados. Conclusión: la señora de Kirchner reprimió, pero un poquito nomás, como si estuviera un poquito embarazada.
Como tiene ideas y pensamientos inestables, nuestro amigo decidió indagar un poco más sobre el tema. Bueno, en realidad, como no es muy imaginativo, lo que hizo fue recurrir al Google. Aparecieron las noticias sobre la brutal represión en La Quiaca: más de 30 heridos y una adolescente con un balazo de goma en un ojo. “Son lógicos algunos forcejeos”, se justificó el gobernador de Jujuy, el kirchnerista Walter Barrionuevo.
Google también devolvió un puñado de noticias de fines de mayo sobre el desalojo de 300 personas de un asentamiento en Orán, Salta, con 1.000 policías. El boletín de la Coordinadora contra la Represión Policial e Institucional (Correpi) dice: “Tras cortar la luz en el predio, comenzaron el desalojo disparando indiscriminadamente, pateando a quien se cruzara, arrastrando de los pelos a mujeres, muchas de ellas embarazadas y con niños. Los vecinos que intentaron resistir el desalojo fueron perseguidos por el barrio a los balazos, mientras los uniformados destruían sus precarias casillas”. Esto sucedió horas antes del acto de la señora de Kirchner por el 25 de Mayo, en la misma provincia del ultrakirchnerista Juan Manuel Urtubey.
En La Quiaca y en Orán sí hubo gases y balas. En Gualeguaychú no, porque queda cerca de Buenos Aires, porque había transmisión en directo con buen nivel de rating para un sábado al mediodía y porque siempre es más fácil reprimir, y no un poquito, a los que no tienen medios económicos y políticos para defenderse, pensó el pelado.
Cuando ingresó “represión+Santa Cruz”, el buscador vomitó 43.500 sitios aproximadamente. Aparecieron 15 heridos –uno grave– por el ataque policial a una marcha de empleados municipales en Río Gallegos en mayo de 2007; decenas de lesionados y un policía muerto en una protesta de petroleros, en febrero de 2006; una rápida intervención de Gendarmería para despejar de manifestantes una ruta en Caleta Olivia, en septiembre de 2007, para que pudieran pasar micros de militantes que iban a un acto de Néstor Kirchner, y así miles de noticias del mismo tenor.
El pelado recomienda hacer con tiempo esta búsqueda, y también leer el boletín del 1 de junio de la Correpi, que entre otras cosas dice: “Desde el 25 de mayo de 2003 son 938 los muertos del gobierno K por el gatillo fácil, la tortura o en cárceles y comisarías”.