Oligarcas, burgueses y proletarios
No sé si a alguien le interesará saber lo que yo pensé y pienso sobre el paro del campesinado, la rebelión de la burguesía rural o el lock out patronal de la oligarquía terrateniente, denominaciones que se adoptaron y adoptan dependiendo de quién se refiera al fenómeno y a qué aspecto de él. No lo sé, pero para que un pensamiento se convierta en opinión hace falta hacerlo conocer. Así que tendré que escribirlo. En todo caso, creo que hacerlo no sería un acto de arrogancia, ni de aprovechamiento egoísta del hecho de tener la oportunidad y el espacio, ya que lo que hubo durante tres semanas fue, esencialmente, una batalla de pensamientos, de opiniones y de discursos. Creo que, al menos hasta hoy que me he sentado a escribir, esta batalla viene empatada. Creo que a vos, que no sos economista, ni filósofo, ni sociólogo, ni ministro, ni dirigente agropecuario, te interesó más decir lo que te parecía antes que escuchar a un economista, filósofo, sociólogo, ministro o dirigente. Creo que lo que pasó fue que mucha gente, al mismo tiempo, se lanzó a opinar. A opinar, por ejemplo, sobre el botox de la Presidenta, sus extensiones en el pelo, su maquillaje, su habilidad para la oratoria, su verdad absoluta, su verdad a medias, sus mentiras, sus errores en geografía. Hemos opinado sobre los terratenientes, los chacareros, los expulsados del campo que pasan a engrosar los cinturones de pobreza de los grandes ciudades. El monocultivo de soja que convierte nuestros suelos en desiertos y hace que junto con la maleza pulvericen nuestra salud. La oligarquía, la burguesía, los millonarios que se quejan porque quieren seguir siendo millonarios, las cuatro por cuatro, la ropa Cardón, el cocodrilito en el corazón, la bombacha y alpargata. El partido de polo, de tenis o de golf. El picadito al costado de la ruta. La distribución de la riqueza. Opinamos sobre los piqueteros K y los piqueteros rurales, los negros, los blancos y los colorados, los parapolicías, la nueva Triple A, los matones de D’Elía, los pistoleros de Moyano. Dijimos que había que tocar bocina al pasar por un corte de ruta, porque todos estamos con el campo; o que hay que hacerles un contrapiquete, porque no tienen derecho a tenerme de rehén a mí que no tengo nada que ver, que me deslomo trabajando y tengo que ligarme de rebote el desabastecimiento de carnes, frutas y verduras. ¡Extorsionadores! ¡Intolerantes! ¡Insensibles! ¡En vez de tirar la leche y las naranjas se las hubieran dado a los niños pobres que tienen hambre o, al menos, a los niños ricos que tienen tristeza! Opinamos que no es lo mismo la FAA que la SRA. Que hubo y hay muchos oportunistas que en los anteriores cacerolazos eran funcionarios de los gobiernos que se escapaban en helicóptero y ahora manejaban los tractores de los tractorazos. Que son los mismos que antes golpeaban las puertas de los cuarteles. ¡Golpistas!¡Generales de los medios!¡Puta oligarquía! Que la puta oligarquía hoy está en otra parte: que está en los bancos, en los pozos petroleros, en las empresas constructoras, en los amigos del poder, los Grobocopatel, los Eskenazi; en la Casa Rosada, en El Calafate. Qué cuántas cuatro por cuatro tienen Néstor y Cristina. Qué cuánto vale el Mini Cooper de Florencia. Qué cuántos chicos comen con lo que vale una cartera de la Señora Presidenta. ¡Puta oligarquía! O mejo dicho: ¡Perversa, corrupta, traidora oligarquía! Porque qué culpa tienen en esto las respetadísimas putas. Opinamos esto y más también. Hasta hemos opinado si retenciones sí o retenciones no. Y esto es lo que quería yo decir. Que es mejor opinar. Firmado: El Pelado.